Después de haber cumplido 76 años en la categoría de departamento, las autoridades de Tumbes practicaron recientemente el mea culpa al que suelen recurrir quienes no fueron capaces de alcanzar los objetivos propuestos, debiendo preguntarnos si ellos fueron los que Tumbes necesitaba.
Dicen que no vale llorar sobre la leche derramada, sin embargo en nuestro caso es necesario establecer por qué se derramó, a fin de no perder 4 años más con autoridades confrontadas que no supieron aprovechar las ventajas provenientes de los encuentros de Gobiernos Regionales y los MUNI Ejecutivos auspiciados por el Gobierno central durante el año que culmina.
En este sentido, es de esperar que esta confrontación proyectada en las actuales alianzas termine el 9 de diciembre, y que el nuevo gobernador tenga el liderazgo necesario para trabajar por el desarrollo de nuestra región.
Habiendo alcanzado la Región el 63.1% de los gastos de inversión de los fondos asignados por el MEF y en las provincias de Tumbes 39.8%, Contralmirante Villar 54.5% y Zarumilla 32.4%; se comprueba que no se ha solucionado los problemas de seguridad, limpieza, orden, agua y saneamiento e infraestructura; causa probable para que el 70% de ciudadanos no hayan pagado sus arbitrios.
Analizando los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), las nuevas autoridades deben atender el ODS1: Pobreza, ODS2: Hambre cero, ODS3: Salud, ODS4: Educación, ODS6: Agua limpia y Saneamiento, ODS9: Industria, ODS16:Seguridad; si esperan llegar a buen puerto en el bicentenario del Perú y cumplir con el mandato otorgado por el pueblo de Tumbes.
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