Por qué la marca Paolo Guerrero salió airosa tras resultado antidoping

¿Por qué yo creo en tí, Paolo Guerrero?

Fuente: foto tomada del Diario El Comercio.

La Evolución
El fin de semana nos cayó como un balde de agua fría la noticia que Paolo Guerrero no participaría en el repechaje contra Nueva Zelanda, debido a que arrojó en la prueba antidopaje un resultado analítico adverso, recibiendo una suspensión temporal por 30 días; debido a que se le encontró benzoilecgenina que es el principal metabolito de la cocaína.

Hemos recibido la socialización de una trayectoria de vida ejemplar que recientemente ha sido mostrada a través de la película “Guerrero” en salas de cine a nivel nacional, así como la exposición de vida y logros deportivos por distintos medios de comunicación.

La construcción a través de los años de una marca personal sólida con atributos positivos, que conllevan a la percepción de un personaje exitoso, distinta del arquetipo del futbolista farandulero que Magaly Medina mostraba frecuentemente en cada uno de sus programas; determinó que ante el conflicto suscitado entre Magaly y Paolo, la conductora perdiera el litigio y fuera condenada a prisión; quedando probado de esta manera que la marca Magaly Medina (con atributos negativos), mediáticamente no puede contra la marca Paolo.

Devolvió la esperanza
Porque Paolo ha logrado satisfacer las necesidades de sus clientes (la hinchada peruana) al devolvernos la esperanza de que sí podemos volver a un mundial luego de tres décadas de frustración; transformando con ello a sus clientes en fans; los mismos que han salido en su defensa cuando la marca Paolo Guerrero es atacada desde las redes sociales o medios tradicionales; incluso se pudo observar que no le fue muy bien con la opinión que recientemente Magaly expuso sobre Paolo. Los fans del “Guerrero” salieron de inmediato a defenderlo públicamente.

Dejando atrás una época de enfoque de trabajo en grupo (cada integrante antepone sus intereses individuales a los de todos), cuando aparecieron los “4 fantásticos”, Gareca al asumir la dirección técnica a inicios del 2015, rescata a dos de ellos (Paolo y Farfán) y les inculca las nuevas reglas de juego, pasando a un enfoque de equipo (prima el objetivo común) donde las personalizaciones ya no existen, porque ahora somos la Selección Peruana.

Los stakeholders
Gracias al apoyo de los principales stakeholders o grupos relevantes de Paolo: los principales influenciadores de medios de comunicación, las marcas auspiciadoras que se jugaron por Paolo y no lo han abandonado en esta fase de la crisis, el hincha, su familia, el equipo (sus compañeros de batalla); se ha generado un clima de confianza aún entre los incrédulos, para no perder de vista que en un Estado de derecho todos somos inocentes mientras no se demuestre lo contrario; muy a pesar del reglamento FIFA.

El surgimiento del liderazgo
Frente a un escenario nacional caracterizado por la ausencia de liderazgos consolidados y la prevalencia en los medios de prensa de temas sobre corrupción, el incremento de la delincuencia, de violaciones, del abuso a las mujeres; uno de los últimos mensajes de liderazgo nacional se dio a través de Gastón Acurio quien impulsó nuestra gastronomía hasta alcanzar niveles de reconocimiento nacional e internacional durante un periodo determinado, hasta dar paso a la trayectoria y figura de Paolo Guerrero quien ha calado en el sentir nacional y nos ha devuelto la esperanza y la convicción de que sí podemos lograr objetivos, que no somos fracasados ni que estamos predeterminados a aplaudir triunfos ajenos.

La reputación de una marca fortalecida
Es por esto y mucho más que la reputación de la marca “Paolo Guerrero” se ha fortalecido y mientras no se demuestre lo contrario “Yo Creo En Tí”; de no ser así, tienes la oportunidad de trabajar la gestión de crisis para salir adelante; porque cuentas con la confianza y respaldo que has sabido ganar en el pueblo del Perú, en el aficionado al fútbol, entre tu equipo pero sobre todo en tu familia y tu señora madre que cree en tí hoy y siempre ¡Gracias Paolo!



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